Entrenamiento de la Fuerza y Prevención de Lesiones en los Deportes de Resistencia

Publicado 1 de septiembre de 2013, 15:49

Entrenamiento de la Fuerza y Prevención de Lesiones en los Deportes de Resistencia

Que el entrenamiento de fuerza, especialmente la fuerza explosiva, favorece un mayor rendimiento en los deportes de resistencia, no es novedad aunque en una entrada anterior ya comentamos que esto no es siempre así. El otro posible beneficio del entrenamiento de fuerza en los deportes de resistencia se relacionaría a la prevención de lesiones, pero lo cierto es que no hay ningún estudio científico que haya demostrado la relación directa y causal de un entrenamiento de fuerza con una menor incidencia lesional en atletas de resistencia. De hecho, la evidencia que relaciona la debilidad de la musculatura de la cadera con el síndrome de la banda iliotibial, muy común en corredores, es muy controversa debido a la baja calidad de los estudios que son, en su mayoría, transversales.

Por contra, lo que sí parece que tiene una relación más clara con las lesiones en los deportistas de resistencia es el sobreuso y el sobreentrenamiento, asociados tanto a la fatiga física como la mental. Así, por ejemplo, el exceso de carga de entrenamiento podría relacionarse con las lesiones por sobreuso tanto en atletas como en triatletas. Ante este panorama, el control de la carga de entrenamiento sería la estrategia más razonable para prevenir la aparición de lesiones en los deportista de resistencia. Sin embargo, este problema no es fácil de gestionar ya que también sabemos que, en general, hay una relación bastante directa entre el número de kilómetros realizados a baja intensidad y el rendimiento tanto en corredores como en triatletas, con lo que tendríamos un dilema grande para decidir dónde colocar el límite para escapar de las lesiones, al mismo tiempo que garantizamos una progresión en las marcas.

En este contexto es donde el entrenamiento de la fuerza nos puede ayudar a no depender tanto de incrementar los kilómetros para mejorar el rendimiento, reduciendo así el riesgo de lesión asociado al incremento de la carga de entrenamiento. De hecho, ya fue reportado hace tiempo que existe un umbral en torno a los ~64 km/semana en corredores, a partir del cual el riesgo de lesión se incrementa dramáticamente. Así, sabiendo que se puede incrementar el rendimiento substituyendo hasta un ~30% del entrenamiento específico por entrenamiento de fuerza bien direccionado, podríamos evitar realizar incrementos muy grandes en la carga de entrenamiento específico que nos llevarían a un mayor riesgo de lesión por fatiga y sobreuso. De esta forma, sí podríamos decir que el trabajo de fuerza nos ayudaría a prevenir lesiones, al substituir -en parte- el trabajo más específico que es, a fin de cuentas, el que sí ha demostrado una relación más directa con la incidencia lesional.


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