¿Se puede Reducir la Presión Arterial con una Sesión de Musculación?

Publicado 8 de abril de 2013, 0:14

¿Se puede Reducir la Presión Arterial con una Sesión de Musculación?

Todo el mundo sabe que el entrenamiento de fuerza produce incrementos en la presión arterial durante la propia sesión de entrenamiento. Esto ha generado multitud de estudios para intentar comprender qué factores influyen en esta respuesta. De esto sabe mucho mi admirado colega, el Dr. Eliseo Iglesias, que dentro de poco nos sorprenderá con los resultados de un nuevo estudio en el que colaboré. Pero hay un efecto agudo (inmediato) del ejercicio sobre el estrés cardiovascular que también ha sido muy estudiado. Me refiero a la Hipotensión Post-Ejercicio (HPE), que es la reducción transitoria de la presión arterial después de una sesión de entrenamiento físico. La HPE ha sido observada después de distintos tipos de entrenamiento y es muy útil como terapia no medicamentosa para el control de la presión arterial en diferentes poblaciones, especialmente en hipertensos. A pesar de toda la investigación realizada hasta la fecha, aún no está claro cuál debe ser el tipo y la dosis de entrenamiento para inducir HPE ya que, entre otros factores, parece que las características específicas de cada población van a determinar de forma importante la naturaleza del estímulo más adecuado en cada caso.

En esta línea, ha sido publicado recientemente un estudio en el que colaboré con unos colegas brasileños que están evaluando los ejercicios más adecuados para el tratamiento de pacientes con síndrome metabólico (SM). El SM es un conglomerado de patologías asociadas al sedentarismo que incluye baja sensibilidad a la insulina, obesidad e hipertensión, entre otras. Pues bien, en este estudio se comparó el efecto que una sesión de entrenamiento de la fuerza tenía sobre la HPE en un grupo de pacientes con SM y en otro grupo de mujeres de características similares pero no diagnosticadas con SM. El resultado más sorprendente e interesante de este estudio es que la sesión diseñada de fuerza redujo durante todo un día la presión arterial en el grupo de pacientes con SM, mientras que en el otro grupo no se observó este efecto. Considerando las diferentes variables que estudiamos, no podemos sugerir aún el mecanismo que explique estas diferencias entre grupos. En cualquier caso, sí podemos recomendar que una sesión de entrenamiento moderado de fuerza es un tratamiento adecuado para el control de la hipertensión en mujeres con SM, al igual que ocurre con otras modalidades de ejercicio y en otras poblaciones.


ENTRADA ANTERIOR

ENTRADA SIGUIENTE