Efectos de un partido de fútbol sala sobre indicadores metabólicos, hormonales y de daño muscular de jugadores masculinos de futsal

Publicado 28 de septiembre de 2022, 22:40

Efectos de un partido de fútbol sala sobre indicadores metabólicos, hormonales y de daño muscular de jugadores masculinos de futsal

El futsal es el fútbol sala (fútbol 5) que se ha caracterizado por ser uno de los deportes de mayor crecimiento en los últimos tiempos (Da Costa 2012). El partido de fútbol sala se divide en 2 tiempos de 20 minutos cada uno. Es considerado como un deporte intermitente que presenta altas demandas de habilidades físicas, técnicas y tácticas (Alvarez 2009). Durante el juego, se realizan muchas sustituciones para mantener el rendimiento de los jugadores en niveles altos. Por lo tanto, el fútbol sala se basa tanto en el metabolismo aeróbico como en el anaeróbico (de Moura 2012).

Los resultados de las investigaciones han demostrado que los jugadores profesionales de fútbol sala trabajan a una intensidad de más de 55 mlkg-1min-1 (Castagna 2010, Gioldasis 2016, Menzies 2010), lo que es importante para inducir una recuperación más rápida entre esfuerzos o incluso después del agotamiento (Tomlin 2001). Además, se ha encontrado una frecuencia cardíaca (FC) elevada (>80% de la FCmáx) durante más del 80% del tiempo real de juego (Rodrigues 2011), como resultado del alto metabolismo anaeróbico del fútbol sala (Barbero-Alvarez 2008). El ejercicio físico vigoroso aumenta los valores de lactato debido a la alta necesidad metabólica de energía y la ausencia de oxígeno (Green 1993). En concreto, se observan jugadores de fútbol sala con una concentración media de lactato en sangre de 5.3 mmolL-1 (Castagna 2009).

Las actividades físicas de alta intensidad, como el fútbol sala, también resultan en cambios bioquímicos y variables hormonales como la creatina quinasa (CK), la lactato deshidrogenasa (LDH), la concentración de testosterona y de cortisol en sangre, que consisten en indicadores de acumulación de fatiga al afectar los sistemas muscular y nervioso (Brownlee 2005, Coutts 2007, Freitas 2014). En particular, varios estudios han examinado estas variables y su contribución en el deporte (Cormack 2008) y en el fútbol (Ispirilidis 2008, Mohr 2003, Thorpe 2012), sugiriendo que las alteraciones en sus concentraciones están asociadas con parámetros como la sobrecarga, la duración y la intensidad del entrenamiento y el juego, que tienen un papel importante en el rendimiento y en los procesos de recuperación. Sin embargo, el examen de estas variables en el fútbol sala no ha recibido la atención adecuada.

Además, una variedad de enzimas brindan información sobre la función del hígado y el tejido muscular, y sus reacciones a la intensidad del entrenamiento (Mougios 2007). En particular, las enzimas transaminasas como la alanina transaminasa (ALT-SGPT), la aspartato transaminasa (AST-SGOT) y la gamma-glutamil transferasa (GGT) se encuentran en el plasma, los músculos esqueléticos, los tejidos corporales y, con mayor frecuencia, en el hígado. Se ha sugerido que el entrenamiento que incluye contracciones musculares excéntricas (Chen 2001) así como un partido de fútbol (Fatourus 2010) aumenta los niveles de ALT y AST. Sin embargo, existe una falta de conocimiento sobre los efectos del fútbol sala sobre estas enzimas reportadas.

Por lo tanto, recientemente Athanasios Katis, de la Aristotle University of Thessaloniki (Grecia), llevó a cabo un estudio cuyo objetivo fue examinar indicadores metabólicos, hormonales y de daño muscular durante un partido de fútbol sala como resultado del tiempo de juego de los jugadores. La principal hipótesis a evaluar fue que se observarían cambios significativos después del partido en los niveles bioquímicos, hormonales y enzimáticos de los jugadores de futsal.

Veintiún jugadores masculinos de fútbol sala de primer nivel participaron en el estudio. Los jugadores se dividieron en 2 grupos según el tiempo de juego: el grupo de tiempo de juego largo (LPT) y el grupo de tiempo de juego corto (SPT). Los parámetros de intensidad del juego, como el porcentaje de la FCmáx y la concentración de lactato en sangre, así como los indicadores metabólicos, hormonales y de daño muscular, se examinaron antes y después de un partido de fútbol sala.

Los resultados mostraron que durante el juego, la intensidad fue de hasta el 93% de la FCmáx y las concentraciones de lactato oscilaron entre 5.8 y 21.8 mmolL-1. El grupo LPT mostró un mayor nivel de lactato deshidrogenasa en comparación con el grupo SPT (p <0.05). De manera similar, la creatina quinasa aumentó significativamente en el grupo LPT (p <0.05) después del juego. Por el contrario, se observaron diferencias no significativas entre los grupos para las enzimas alanina transaminasa (ALT-SGPT), aspartato transaminasa (AST-SGOT) y gamma-glutamil transferasa (p >0.05). La relación testosterona/cortisol (T/C) se redujo para ambos grupos después del partido (p <0.05).

Los resultados de este estudio indicaron que un juego de futsal tiene un efecto significativo en varios indicadores de daño hormonal, metabólico y muscular para los jugadores que participan por más tiempo en el juego. Por lo tanto, la evaluación de estos volúmenes podría ayudar a los entrenadores a organizar programas de entrenamiento específicos, efectivos e individualizados.

Aplicaciones prácticas

Este estudio destaca la necesidad de una rápida remoción de lactato cuando los jugadores son sustituidos. Una solución a esta sugerencia es una recuperación activa cercana al umbral anaeróbico cuando se sustituyen los jugadores. Además, el conocimiento de las influencias del juego sobre el daño muscular según factores como el tiempo de juego, la posición de juego y la edad es un aspecto importante para la individualización del entrenamiento por parte de los entrenadores según las necesidades de sus jugadores. Sin embargo, se sugiere que futuras direcciones de investigación incluyan datos cinemáticos como el número y la calidad de los sprints, los cambios de dirección y los valores de desaceleración y aceleración en el tiempo de juego de los jugadores. Estos datos pueden mejorar el conocimiento del cuerpo técnico sobre las demandas hormonales, metabólicas y musculares de sus jugadores para desarrollar sesiones de entrenamiento personalizadas.