Efectos del entrenamiento combinado de fuerza y sprint resistido sobre el rendimiento físico en futbolistas de élite sub-19

Publicado 16 de marzo de 2022, 15:09

Efectos del entrenamiento combinado de fuerza y sprint resistido sobre el rendimiento físico en futbolistas de élite sub-19

El fútbol moderno es un deporte intermitente de equipos en el que el rendimiento exitoso depende de exigencias corporales frecuentes y de la capacidad de repetir contracciones musculares explosivas breves necesarias para saltar, acelerar, correr, cambiar de ritmo y dirección y rematar la pelota (Strolen 2005). Además de las habilidades tácticas y técnicas, el desarrollo de las capacidades físicas es de hecho un factor esencial para el éxito en las competiciones de alto nivel (Wing 2020). En este contexto, las capacidades de fuerza y potencia muscular han sido avaladas como un requisito clave en el rendimiento de los deportes de equipo, especialmente en el fútbol (Kyprianou 2019, Loturco 2016). Se ha demostrado que los jugadores más fuertes y potentes de diferentes deportes generalmente pueden acelerar más rápido, saltar más alto y cambiar de dirección rápidamente (Loturco 2016). Estudios recientes también han demostrado que los jugadores de fútbol profesionales actuales se han vuelto más rápidos (Kyprianou 2019), lo que sugiere que tanto la aceleración corta como la velocidad máxima diferencian a los jugadores de distintos niveles (Haugen 2012). En consecuencia, incluso una pequeña diferencia en un tiempo de sprint de 20 m puede ser suficiente para obtener una ventaja en situaciones competitivas, como driblar frente a un defensor fuera de posición o defenderse de un ataque (Haugen 2014). Curiosamente, muchos entrenadores del acondicionamiento físico han implementado sesiones de entrenamiento que incluyen entrenamiento de sprint resistido, como correr o saltar con chalecos de pesas o cinturones, tirar de trineos con pesas, correr con paracaídas y correr cuesta arriba sobre la arena (Macadam 2019, Petrakos 2016).

El entrenamiento de sprint resistido que consiste en realizar entrenamientos de sprint con sobrecarga adicional enfatiza las áreas de fuerza y de velocidad y se supone que tiene una transferencia más efectiva a movimientos específicos (Loturco 2014). Este entrenamiento parece promover una mayor activación neuromuscular y mejora el reclutamiento de fibras de contracción rápida (Upton 2011), aumentando así las fuerzas de propulsión generadas por los músculos de las piernas (Alcaraz 2008). Investigaciones anteriores que estudiaron los efectos de las intervenciones agudas y los programas de entrenamiento de sprint resistido longitudinales han informado efectos beneficiosos (Alcaraz 2018, Macadam 2019, Petrakos 2016) y la mejora de los tiempos de sprint de los atletas, mientras que algunos datos controvertidos sobre el efecto del entrenamiento de sprint resistido aún están pendientes de aclaración. Aunque algunos autores informaron mejoras en el sprint, el salto y, en particular, los cambios de dirección en el rendimiento de sprint (Carlos-Vivas 2019 y 2020), otros no encontraron efectos adicionales en comparación con el entrenamiento de sprint tradicional (Gil 2018, Rey 2017). Esta discrepancia podría atribuirse a distintas variables, incluidas las modalidades de entrenamiento de sprint resistido, la contabilidad de las cargas, la frecuencia de las sesiones, la duración del período de entrenamiento y los protocolos de evaluación (Carlos-Vivas 2019 y 2020, Gil 2018, Rey 2017). Desde un punto de vista práctico, se cree que dicha información sería importante para que los preparadores físicos prescriban adecuadamente el entrenamiento de sprint resistido.

Carlos-Vivas y cols. (2019) han examinado los efectos del entrenamiento de sprint resistido horizontal, sprint resistido vertical, sprint resistido combinado y sprint sin resistencia sobre el rendimiento en saltos horizontales y verticales, sprint y capacidad de cambio de dirección en jugadores de fútbol jóvenes. Ellos han demostrado que sólo el entrenamiento de sprint vertical resistido puede promover mayores mejoras en la capacidad de sprint y cambios de dirección y tiene un efecto adicional positivo en el rendimiento del salto con contramovimiento. En consecuencia, se demostró que las fuerzas horizontales eran más altas al comienzo del sprint, durante la fase de aceleración, y las fuerzas verticales aumentaban gradualmente con incrementos en la velocidad durante la fase de fuerza-velocidad (Hunter 2005, Rabita 2015).

Hasta donde se sabe, ningún estudio ha examinado los efectos del uso simultáneo del chaleco con peso y el trineo sobre la velocidad de remate del balón en el fútbol. Esta última habilidad específica relacionada con el fútbol se consideró como un indicador determinante en el rendimiento del fútbol juvenil (Ramirez-Campillo 2015). En este contexto, el desarrollo de las habilidades de sprint y salto mediante el entrenamiento de sprint resistido mejoraría indirectamente la velocidad de remate de la pelota a través de adaptaciones neuromusculares y mecánicas (Alcaraz 2018). Recientemente, Mehdi Ben Brahim, de la Prince Sultan University (Arabia Saudita), llevó a cabo un estudio cuyo propósito fue investigar los efectos de un programa combinado de entrenamiento de la fuerza muscular y de sprint con resistencia usando trineo y chaleco de peso sobre las habilidades de sprint (5 m y 20 m) y salto (salto en sentadilla [SJ] y salto con contramovimiento [CMJ ]), así como la velocidad de remate del balón en comparación con el entrenamiento regular de fútbol en un programa de 6 semanas durante la temporada en jugadores de fútbol jóvenes. Los autores presumen que el uso simultáneo de entrenamiento de sprint resistido tanto horizontal como vertical tendría un efecto positivo en las habilidades de sprint corto y salto, la fuerza máxima de las extremidades inferiores y la velocidad de remate de balón en jugadores de fútbol Sub-19.

Treinta y cuatro jugadores de fútbol masculinos (edad: 18.8±0.8 años, altura: 1.81±0.05 m, masa corporal: 76.4±4.9 kg y masa grasa corporal: 11.3±4.2%) fueron asignados aleatoriamente a un grupo de entrenamiento de sprint resistido (RSTG, n = 20), utilizando tanto chaleco de lastre como trineo, y un grupo control (CONTG, n = 14). Se evaluaron antes las pruebas de capacidad de carrera (5 m y 20 m), sentadilla con salto (SJ) y salto con contramovimiento (CMJ), 1 repetición máxima de media sentadilla trasera (1RM de media sentadilla trasera) y velocidad de remate de balón de fútbol, después de un programa de entrenamiento de 6 semanas.


Las interacciones dentro del grupo mostraron una fuerza muscular combinada significativa y se observaron efectos del entrenamiento de sprint resistido para todas las mediciones de las pruebas (tamaños del efecto = 0.97 y 3.69 para los sprints de 20 m y el SJ, respectivamente). Sin embargo, se observaron aumentos significativos en el rendimiento para el tiempo de sprint de 5 m y 20 m (Ɲ2p = 0.25, p <0.01 y Ɲ2p = 0.22, p <0.01, respectivamente), SJ y CMJ (Ɲ2p = 0.78, p <0.0001 y Ɲ2p = 0.34, p <0.001, respectivamente), 1 repetición máxima (1-RM) sentadilla media espalda (Ɲ2p = 0.45, p <0.0001) y velocidad de remate de balón de fútbol (Ɲ2p = 0.41, p <0.0001) en el grupo RSTG con un tamaño de efecto grande, mientras que el grupo CONTG mostró un aumento significativo en el rendimiento sólo para el CMJ (p <0.05), 1RM de sentadilla media espalda (p <0.01) y velocidad de remate de balón de fútbol (p <0.05). Se concluye que la fuerza combinada y el entrenamiento de sprint resistido tanto horizontal (trineo con peso) como vertical (chaleco con peso) son más efectivos que el entrenamiento regular de fútbol para mejorar las habilidades de sprint y de salto, así como la velocidad de remate de balón en el fútbol.

Aplicación práctica

Las crecientes demandas de los partidos de fútbol modernos que requieren jugadores más rápidos, más fuertes y más potentes ha llevado a los científicos del deporte a encontrar mejores métodos de entrenamiento. En este estudio, se incluyó el entrenamiento de sprint con resistencia usando trineo con peso y chaleco con peso además del entrenamiento estándar de la fuerza y de fútbol dentro de un programa de temporada de 6 semanas quincenal. Esta modalidad de entrenamiento ofrece un estímulo diferente al típico entrenamiento de la fuerza o de sprint, y se cree que debe incluirse en cualquier programa de entrenamiento para futbolistas que requieran movimientos rápidos y potentes. Las mejoras posteriores a la intervención en el rendimiento de los jugadores deberían incitar a los entrenadores a considerar el uso de un programa de entrenamiento de sprint resistido cuando sea necesario mejorar la potencia, la fuerza, el sprint y la velocidad de remate. Los datos demostraron la necesidad de que los entrenadores y practicantes de fitness de fútbol consideren incorporar el entrenamiento combinado de fuerza y sprint resistido en el plan de entrenamiento de sus jugadores, como un método simple y práctico para mejorar su rendimiento físico.