Efectividad del ejercicio físico aeróbico sobre los síntomas de depresión en adultos: un protocolo para desarrollar una revisión sistemática y un metaanálisis de ensayos clínicos aleatorios

Resumen

Antecedentes

La depresión es una condición crónica que afecta a millones de personas y requiere intervenciones efectivas. Los estudios sugieren que el ejercicio aeróbico puede mejorar la salud mental y reducir los síntomas de depresión, a pesar de las variaciones en el tipo de ejercicio e intensidad.

Objetivo

Este artículo presenta un protocolo para realizar una revisión sistemática con metaanálisis, destinado a investigar los efectos del ejercicio aeróbico en la reducción de los síntomas de depresión en adultos.

Métodos

Este es un protocolo de revisión sistemática, que seguirá las pautas PrismA-P 2020 y se ha registrado en Prospero (no. CRD42024592700). La búsqueda del estudio se realizará en seis bases de datos: BVS, Biblioteca Cochrane, Embase, Epistemonikos, PubMed y SportDiscus, utilizando descriptores basados en malla. Los estudios serán seleccionados de forma independiente por dos investigadores utilizando el software Rayyan ‘QCRI’. La extracción de datos se realizará utilizando formularios específicos, mientras que la calidad metodológica de los estudios sobre el ejercicio físico se evaluará con la herramienta testEX, y el riesgo de sesgo se evaluará utilizando el método Cochrane Rob 2.0. La certeza de evidencia se evaluará mediante la clasificación de la evaluación, el desarrollo y la evaluación de recomendaciones (grado).

Conclusiones

Se espera que la revisión sistemática después de este protocolo identifique la respuesta de dosis efectiva para reducir los niveles de depresión y proporcionar una comprensión de los mecanismos a través de los cuales el ejercicio aeróbico influye en la depresión.

Introducción

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 300 millones de personas de todas las edades sufren de depresión, también conocida como trastorno depresivo mayor (MDD) (1). Esta situación destaca la urgencia de encontrar estrategias efectivas para abordar este grave problema de salud pública.

Dado que es una condición a menudo agravada por otras enfermedades, como trastornos por uso de sustancias, diabetes y enfermedades cardíacas, que no solo aumentan el riesgo de desarrollar depresión, sino que también se ven afectados por ella, estableciendo un ciclo que compromete aún más la salud y la calidad de vida de los afectados (2).

En general, los problemas de salud mental, los trastornos neurológicos y los trastornos de uso de sustancias representan el 13% de la carga global de la enfermedad, con una depresión solo responsable del 4,3% de este total, las mujeres son las más afectadas (3). En 2019, hubo 290.2 millones de casos de depresión en todo el mundo, un aumento del 59.28% en comparación con 1990 (3).

Las proyecciones basadas en el modelo Bayesian Age-Piod-Cohort (BAPC) indican que, para 2030, se espera que las tasas globales estandarizadas por la edad permanezcan estables. Sin embargo, es probable que aumente el número absoluto de casos de depresión, lo que puede llegar a 108.9 millones entre los hombres y 164.9 millones entre las mujeres (4).

La investigación realizada por Liu et al. (5) refuerza estas proyecciones al indicar la estabilidad en las tasas de incidencia específica de la edad entre 1990 y 2017, junto con un aumento en el número total de casos de depresión global, alcanzando 258 millones en 2017, un crecimiento de 49.86% en comparación con 1990. Las regiones con bajo índice sociodemográfico (SDI) enfrentan el mayor impacto, principalmente debido a la falta de inversión en salud mental. En estas áreas, la depresión a menudo permanece no diagnosticada o inadecuada tratada, lo que resulta en una mayor morbilidad y discapacidad.

En los Estados Unidos, la prevalencia anual de depresión entre los adultos alcanzó los 8,9 millones de personas sometidas a tratamiento farmacológico, con aproximadamente el 30.9% (2.8 millones) resistente al tratamiento (6).

La depresión resistente al tratamiento se define como el fracaso de al menos dos ensayos adecuados con diferentes antidepresivos, durante un período mínimo de cuatro a seis semanas, a la dosis máxima recomendada (7,8).

Dada la naturaleza multifacética del trastorno, todavía se observan brechas significativas en los estudios, atribuidos en parte a la diversidad de síntomas y las limitaciones de las tecnologías actuales para investigar el cerebro humano en tiempo real, tanto en el circuito como en los niveles de sinapsis ((9). La condición puede ser activada por cambios biológicos (10), así como por influencias psicosociales (11,12).

En vista de los problemas antes mencionados, los investigadores y académicos en el campo han buscado estrategias efectivas capaces de responder, de manera individualizada, a las complejidades del trastorno depresivo, considerando su naturaleza multifactorial. En este contexto, el ejercicio físico se ha convertido en una intervención prometedora para la salud mental, especialmente entre las personas con depresión resistente a los antidepresivos. Además, la evidencia indica que incluso en estos casos, el ejercicio físico, cuando se usa como un complemento del tratamiento farmacológico, demuestra un potencial significativo para reducir los síntomas depresivos, incluidos los casos no remisivos, así como la mejora de la calidad de vida, el sueño y la vitalidad (((13).

El enfoque de esta revisión será el estudio de ejercicios con un predominio aeróbico, comúnmente conocido como ‘ejercicio aeróbico’, que se caracterizan por el uso primario de la vía oxidativa para la producción de energía. Este tipo de ejercicio implica actividades de larga duración con niveles de intensidad variables, que van desde bajos (caminar), moderados (trotar ligeros, ciclismo), hasta alto (continuo funcionamiento cerca de Vo₂max, ciclismo competitivo, natación de resistencia). La demanda de energía en estos esfuerzos se mantiene principalmente por el metabolismo mitocondrial (14).

Sin embargo, el análisis de estos ejercicios no debe basarse únicamente en el esfuerzo percibido o la frecuencia cardíaca, ya que todas las vías de energía funcionan simultáneamente, variando según la duración e intensidad del ejercicio (14). Por lo tanto, los esfuerzos se clasifican de la siguiente manera: esfuerzos explosivos (hasta 6 segundos), dominados por el sistema de fosfageno (ATP-CP); Los esfuerzos de alta intensidad (6 segundos a 1 minuto), donde predomina la glucólisis anaeróbica pero con una contribución aeróbica creciente; y esfuerzos de resistencia prolongados (por encima de 1–2 minutos), donde la fosforilación oxidativa juega un papel principal, aunque la glucólisis anaerobia aún contribuye durante las fases de transición de intensidad (14).

Aunque los beneficios del ejercicio aeróbico para mejorar los síntomas depresivos están bien documentados, la literatura existente muestra una alta variabilidad en términos de modalidad, intensidad, frecuencia y duración del ejercicio. Además, los mecanismos subyacentes de estos efectos aún no se entienden completamente (15).

Por lo tanto, este estudio está justificado por la necesidad de comprender cómo diferentes intensidades y tipos de ejercicio aeróbico pueden influir en la reducción de los niveles de depresión en los adultos. Varias directrices internacionales, como las del Reino Unido y Australia, recomiendan el ejercicio físico como parte del tratamiento de depresión (16,17). Sin embargo, estas pautas no proporcionan recomendaciones claras y consistentes con respecto a la dosis o modalidad del ejercicio (18). A su vez, la Asociación Americana de Psiquiatría recomienda cualquier dosis de ejercicio aeróbico o entrenamiento de fuerza (19), mientras que las pautas australianas ya sugieren una combinación de ejercicios aeróbicos y de fuerza vigorosos al menos dos veces por semana (17).

Las revisiones recientes, incluidos los metanálisis de la red, sugieren que tanto la dosis como la modalidad del ejercicio pueden influir en los resultados clínicos (20). Sin embargo, muchas revisiones sistemáticas existentes y metaanálisis tienen limitaciones metodológicas que evitan conclusiones definitivas. A la luz de esto, la investigación aislada del ejercicio aeróbico utilizando una metodología robusta y claramente definida puede contribuir a una comprensión más precisa de su efectividad en los síntomas depresivos.

Una revisión sistemática recientemente realizada que investiga el efecto del ejercicio físico sobre la depresión reveló que los ejercicios de baile combinados con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), caminar o correr fueron los tratamientos con mayor probabilidad de ser efectivos para tratar la depresión. Además, los resultados indican que el efecto del ejercicio es proporcional a su intensidad, con actividades vigorosas que muestran mejores respuestas. Sin embargo, los hallazgos no permitieron el establecimiento preciso de una relación de dosis-respuesta debido a la variabilidad en los protocolos de estudio analizados, particularmente con respecto a la frecuencia, la duración y el volumen semanal de actividad (18). En este sentido, el desarrollo de este protocolo centrado exclusivamente en ejercicios aeróbicos representa una estrategia viable para guiar una revisión sistemática futura y refinar los resultados obtenidos en la literatura científica.

Esta propuesta de protocolo tiene como objetivo guiar una revisión sistemática futura que buscará responder la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los efectos del ejercicio aeróbico para reducir los niveles de depresión en adultos? Con este protocolo, tenemos la intención de proporcionar a los investigadores y profesionales de la salud una base metodológica rigurosa y transparente para realizar una revisión sistemática y un metaanálisis de ensayos clínicos aleatorios sobre el tema.

Métodos

El estudio es un protocolo para una revisión sistemática, que seguirá las pautas desarrolladas por Page et al. (21) Conocidos como los elementos de informes preferidos para revisiones sistemáticas y metaanálisis (PRISMA-P) para revisiones sistemáticas y se han registrado en el registro prospectivo internacional de revisiones sistemáticas: prospero, número: CRD42024592700.

Pregunta de investigación

Por lo tanto, la pregunta clínica de PICOS, ampliamente recomendada para guiar las revisiones sistemáticas (22), se formulará de la siguiente manera: población (adultos con depresión); Intervención (ejercicio aeróbico); Comparador (otros tipos de ejercicio/placebo/control); Resultados (mejora de los síntomas depresivos); Tipos de estudio (ensayos controlados aleatorios – ECA).

Estrategia de búsqueda

La búsqueda se realizará en las siguientes bases de datos: BVS, Biblioteca Cochrane, Embase, Epistemonikos, PubMed y Sportdiscus. Además, ensayos clínicos, Google Scholar (avanzado), y las referencias de los estudios incluidos se escanearán para identificar posibles estudios.

La estrategia de búsqueda será altamente sensible y sistemática, utilizando los descriptores oficiales de los encabezados de los sujetos médicos (malla) y las bases de datos Emreee, adaptadas para cada base de datos. No habrá restricciones en la fecha o el idioma de publicación. Los descriptores se combinarán utilizando los operadores booleanos ‘y/o’. Vale la pena señalar que los descriptores y sus sinónimos se organizaron en conjuntos y se subdividieron en líneas, como se muestra en Tabla 1.

Criterios de elegibilidad

Seguiremos estos criterios: los participantes incluirán adultos (> 18 años) diagnosticados con depresión, excluyendo a las personas con enfermedades degenerativas crónicas u otros trastornos psiquiátricos graves asociados. La intervención se centrará en el ejercicio aeróbico (por ejemplo, caminar, correr), con comparadores que incluyen otras intervenciones o grupos de control. El resultado primario será los síntomas depresivos, mientras que el volumen de entrenamiento y la frecuencia se considerarán resultados secundarios. Solo se incluirán los estudios que utilizan escalas de evaluación de depresión validadas, como el Inventario de depresión de Beck (BDI), la Escala de calificación de depresión de Hamilton (HAM-D), Cuestionario de salud del paciente (PHQ-9), Escala de depresión de estudios epidemiológicos (CES-D), Escala de depresión de Montgomery-Åsberg (MADRS), SCALE SOLTRACIÓN SOLTRATA (ZUNG SECHUNG SECTRATION (ZUNG SECHO SECTRAT (ZUNG SECHA SECHO (ZUNMA), SECCIÓN DE LA DEPRESSIÓN GERIAMERY-GERIA (MADRS), SECUPTA DE LA DEPORSIÓN ZUNGA (MADRS). Escala de depresión (GDS), y escala de ansiedad y depresión hospitalaria (HADS), entre otros. Los tipos de estudio elegibles serán ensayos clínicos aleatorios (ECA), no se excluirán la restricción del lenguaje, mientras que los ensayos clínicos en curso con resultados preliminares. Además, los estudios que involucran poblaciones con enfermedades crónicas no transmisibles (por ejemplo, hipertensión, diabetes), informes de casos, preimpresiones, revisiones narrativas y sistemáticas, y estudios observacionales no se considerarán para su inclusión.

Después de realizar una búsqueda de alta sensibilidad en las bases de datos, se seleccionarán artículos utilizando el software Rayyan, una herramienta especializada en estudios de detección para …

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