Ya hemos tratado en
algunas ocasiones algunos conceptos de este famoso método de entrenamiento
ideado por Izumi Tabata, cuya característica principal es su naturaleza intermitente
y su muy alta intensidad de ejercicio. Recordemos que este método surge a
partir de un estudio del mismo autor del año 1996. Repasando brevemente, en
dicho trabajo, Tabata encontró que 6
semanas de entrenamiento intermitente de alta intensidad (20 segundos de
ejercicio, 10 segundos de pausa; intensidad al 170% VO2máx en
cicloergómetro) pueden mejorar la capacidad anaeróbica (+28%) y el VO2máx (+13%), simultáneamente. Se puede,
desde luego, discutir las forma de determinación de la capacidad anaeróbica y
la cuantificación del gasto energético en ese estudio, y que existen opiniones
divididas al respecto a lo largo de la literatura científica, pero que no serán
tratados en esta entrada de blog. Aunque hay que reconocer que su estudio es
citado por más de 100 artículos científicos de las principales editoriales del
mundo.
Recientemente, el mismo
grupo del Dr. Tabata elaboró un estudio donde el propósito de investigación fue observar los
efectos del ejercicio intermitente de alta intensidad de corta duración sobre
el consumo de oxígeno post-ejercicio de reposo, es decir, su impacto sobre el
gasto energético post-esfuerzo. Para eso, siete varones sanos jóvenes que se
ofrecieron para el experimento. Los promedios de edad de los sujetos (años),
altura (m), masa corporal (kg), y VO2máx (ml/kg/min) fueron de 24±1,
1.72±0.05, 65.9±6.5, y 46.4±1.6, respectivamente. Para el día de ejercicio (E),
los sujetos entraron en una cámara metabólica a las 10:00hs. Después de 10
minutos de calentamiento, los sujetos realizaron el ejercicio intermitente de
alta intensidad exhaustivo (6 a 7 series de ejercicio de 20″ a una
intensidad del 170% del VO2máx
con un descanso de 10″ entre cada turno). Después del ejercicio, los
sujetos se quedaron en la cámara metabólica hasta la siguiente mañana. Ellos
consumieron el almuerzo y cena en un momento fijo del día. Para el día de control
(C), los sujetos siguieron el mismo protocolo, salvo el ejercicio intermitente
de alta intensidad. El orden del experimento del ejercicio y de control se
asignó al azar para cada sujeto. Los resultados que arrojó dicho estudio
fueron: el consumo de oxígeno basal medido por la mañana antes que los sujetos
entraran a la cámara no fue diferente entre el día E y el día C. Después del
ejercicio intermitente de alta intensidad, el consumo de oxígeno fue
continuamente superior que el observado durante día de C. La diferencia en el
consumo de oxígeno entre el día E y el día C (246±72 ml/kg/12hs) se
correlacionó positivamente con el consumo de oxígeno acumulado durante el
ejercicio (121±15 ml/kg, r=0.82, p <0.10). Estos resultados pueden indicar
que el consumo de oxígeno elevado después del ejercicio intermitente de alta
intensidad necesariamente no representa las necesidades de energía para la resíntesis
de sustratos de energía anaeróbica (es decir, el fosfato de creatina y el glucógeno).
Aún, después de sumar el consumo de energía durante el ejercicio intermitente
de alta intensidad, la diferencia total en el gasto energético entre el día E y
el día C fue de 121±28 kcal. Por lo
tanto, este modelo de ejercicio intermitente de alta intensidad de corta
duración puede elevar el consumo de energía de reposo. Sin embargo, su
contribución cuantitativa a la reducción de peso es limitada.
Otro estudio que intentó
analizar este método Tabata, pero utilizando un ejercicio dinámico específico (saltos
desde sentadilla), es el que realizó Michele
Olson, del laboratorio de kinesiología de la Auburn University Montgomery
(EEUU). En dicho estudio, el propósito fue medir el costo energético del
formato de Tabata usando saltos desde sentadilla con el peso corporal en un
esfuerzo «all-out» (máximo) y también medir las respuestas del
consumo de oxígeno post-esfuerzo para la comparación al consumo de oxígeno de
reposo. Para ello, 15 mujeres (n = 12) y
hombres (n = 3) físicamente activas con una edad promedio de 24.9 años, un peso
corporal de 67.3 kg y una altura de 168.2 cm, fueron los que llevaron a cabo el
experimento. Todos los
sujetos fueron instruídos en el protocolo de Tabata de salto desde sentadilla y
se les permitió practicar en los días precedentes a las pruebas cuando el
consumo de oxígeno fue medido. Un sistema de análisis de gases de circuito
abierto Parvomedics TrueOne se usó para el consumo de oxígeno determinado y el
coeficiente de intercambio respiratorio (RER).
Los analizadores de gas fueron calibrados antes de
cada de prueba con gases verificados por cromatografía gaseosa. El protocolo de
consumo de oxígeno se comprendió de tres fases: El VO2 de
pre-ejercicio fue medido durante 30 minutos mientras los sujetos descansaban en
una posición supina en una tabla de entrenamiento deportivo. Los sujetos luego
completaron un turno de Tabata ejecutando 8 ciclos de saltos desde sentadilla
con el peso corporal en forma máxima (all-out) siendo continuamente medido para
el VO2. Luego del ejercicio, el VO2 de los sujetos se
registró hasta (por las condiciones de pre-ejercicio) los 30 minutos
post-esfuerzo. El gasto kilo-caloría fue determinado vía un equivalente de 5
kcal·min-1 por cada 1 L de O2 consumido y se reporta en
base a un peso corporal estandarizado de 70 kg. Todos los participantes del
estudio completaron las pruebas de recolección de datos con éxito sin eventos
adversos. Los valores del costo energético promedio fueron de 3.7 ml·kg-1·min-1
durante el período de pre-ejercicio de 30 minutos hasta el valor máximo de 48.2
ml·kg-1·min-1 durante el protocolo de Tabata (ver Tabla
2).
En 30 minutos post-ejercicio, el VO2
promedio fue de 4.1 ml·kg-1·min-1, que fue (todavía)
significativamente superior que el VO2 de pre-ejercicio. El valor del
RER pico promedio medido al comienzo del período post-ejercicio fue de 1.54. La
Tabla 3 muestra los valores de gasto calórico. El costo promedio por minuto de energía
fue notablemente elevado en el 13,4 kcal-1·min-1. Por lo
tanto, el costo de energía total de un
turno de 4 minutos de ‘Tabata’ fue de aproximadamente 54 kcal. Además, la
energía total gastada durante la recuperación de 30 minutos fue dos veces la de
la energía gastada durante el período 30 minutos de pre-ejercicio dando un costo
energético bruto de 134,1 kcal. Por lo tanto, los resultados de este estudio
demostraron, según los autores, que un turno de ejercicio de formato Tabata
usando saltos desde sentadilla con el peso corporal (sin carga externa),
produjo un marcado VO2 equivalente a 11.0 METS, un gasto promedio en
kcal de 53.6, y un VO2 que no cayó a los valores de pre-ejercicio luego
de 30 minutos post-ejercicio. Así, la intensidad de un turno de ejercicio de
intervalo de Tabata usando saltos desde sentadilla parece viable
particularmente como método de entrenamiento intervalado para atletas y sujetos
entrenados.
Varias cuestiones se pueden hacer respecto a los datos de estos estudios. En primer lugar, es discutible en la literatura la utilización de la cuantificación del gasto energético en esfuerzos máximos o casi máximos a través del RER. La calorimetría indirecta, calculada a través de la medición del consumo de oxígeno, es un método simple y su uso está sumamente extendido como estimador de la producción de calor. No obstante, en esfuerzos físicos muy intensos en los que existe un importante aporte energético que no proviene del metabolismo oxidativo, la medición del consumo de oxígeno como único método para calcular el gasto calórico total, puede llevar a subestimar dicho valor (más aún si sólo se tiene en cuenta el consumo de oxígeno intraesfuerzo).
Entonces, hay que remarcar que cuando la rápida resíntesis glucolítica de ATP (adenosín trifosfato) excede al ritmo del trabajo mitocondrial con la consiguiente producción de lactato y de calor, la medición del consumo de oxígeno como única metodología no refleja con precisión el gasto energético total que se lleva a cabo, y esto hace necesario el empleo de una metodología que estime el gasto calórico que no proviene del metabolismo aeróbico como es el uso de la acumulación del lactato, método que no está exento de imperfecciones, pero que puede ser útil, al menos en actividades breves y de alta intensidad. Existe más que demostrada la evidencia de que para ejercicios de alta intensidad y corta duración en los que se produce una elevación de la concentración del lactato sanguíneo durante la recuperación, la medición del ritmo de la acumulación del lactato (equivalente calórico a partir de la concentración de lactato [Δ lactato sanguíneo]) es una razonable y útil metodología, a pesar de sus limitaciones. La no inclusión de dicha valoración sería perpetuar un error histórico cuando se pretende valorar el gasto total de una actividad física que tenga un importante aporte no aeróbico a dicho gasto. Desde un punto de vista práctico, para la estimación del gasto calórico total de una actividad física, se deberían medir tanto: 1) El gasto energético no aeróbico glucolítico mediante el equivalente calórico de la concentración de lactato [Δ lactato sanguíneo]; 2) El gasto energético aeróbico del ejercicio mediante el consumo de oxígeno y su posterior transformación en equivalente calórico; 3) El gasto energético aeróbico (no glucolítico) de la recuperación y su posterior transformación en equivalente calórico.
Este punto ya lo habíamos mencionado en otra entrada de blog hace algunos meses atrás. Por lo tanto, con los resultados de ambos trabajos presentados en esta entrada de blog, hay que tener la precaución a la hora de analizar los datos y las conclusiones que pueden surgir de ellos, que como vimos, vienen cargados de algún tipo de error de análisis metodológico.
Referencias
·Michele Olson. Tabata Interval Exercise: Energy Expenditure and Post-Exercise Responses. Poster presentado en la 60th annual conference of the American College of Sports Medicine (mayo 2013).
·Robergs RA, Gordon T, Reynolds J, Walker TB. Energy expenditure during bench press and squat exercises. J Strength Cond Res. 2007;21(1):123-30.
·Katsunori Tsuji, Xin Liu, Yu Zhong Xu, Izumi Tabata. Effects Of High Intensity Intermittent Exercise On Post-exercise Resting Oxygen Consumption. Medicine&Science in Sports&Exercise May 2013 – Volume 45 – Supplement 1 5S pp: 1133 Board #78 May 30.
·Scott, C.B. Misconceptions about aerobic and anaerobic energy expenditure. J. Int. Soc. Sport Nutr., 2:32-37, 2005.
·Viana-Montaner B.H., Gómez-Puerto J.R. Estimación del gasto energético en actividades de corta duración y alta intensidad. Revista andaluza de medicina del deporte, ISSN 1888-7546, Vol. 5, Nº. 4, 2012 , págs. 147-155.