Beneficiando a cada cuerpo y mente: Yin Yoga 50+


¿Por qué escribir un libro sobre yin yoga para personas mayores de 50 años? La respuesta es sencilla. El Yin yoga nos ayuda a ser más flexibles, menos tensos y a disfrutar de un buen sueño nocturno. ¿Quién no quiere sentir esos beneficios a medida que envejecemos?

Envejecer puede ser doloroso: el Yin Yoga puede ayudarnos a liberarnos del dolor

Los estiramientos suaves y lentos del yin yoga son excelentes para estirar y fortalecer nuestros tejidos conectivos: nuestros ligamentos, tendones y músculos. Hubo un momento en que mi rodilla artrítica no respondía al tratamiento, incluidas las inyecciones de cortisona, la fisioterapia e incluso las inyecciones de plasma sanguíneo. Un reemplazo se avecinaba. Después de practicar yin yoga durante algunas semanas, noté una mejora significativa. Mis rodillas, tobillos, caderas, isquiotibiales y hombros estaban experimentando mejoras en el rango de movimiento.

Los beneficios se extendieron más allá de la mente física. Mi pulso en reposo era mucho más lento y las técnicas de respiración profunda me hacían sentir más en paz conmigo mismo, ayudándome a reducir el estrés.

¿Qué es el yin-yoga?

Yin yoga es una forma pasiva de yoga en la que mantenemos estiramientos o posturas durante más tiempo, lo que nos permite profundizar en nuestro cuerpo. El Yin yoga no es nada nuevo. Es una versión occidental de ideas sobre el yoga y la meditación que existen desde hace miles de años.

La práctica del yin yoga implica tres elementos:

  • Encontrar su ventaja: Intenta encontrar ese “momento Ricitos de Oro” en el que aplicamos la tensión suficiente en las posturas que mantenemos. Ni muy poco ni demasiado.
  • Encontrar la quietud: Al permanecer quietos en la postura, permitimos que nuestro cuerpo se estire con el tiempo, lo que significa que obtenemos el beneficio completo de lo que estamos haciendo. Intenta relajarte en la postura y deja que la gravedad haga su trabajo.
  • Encontrar tiempo: El tiempo recomendado para mantener una postura de yin yoga es a partir de tres minutos. El beneficio es obvio: cuanto más tiempo lo mantengas, más profundo será el estiramiento. Cuanto más se estire, más podrán «ceder» sus tejidos conectivos. Cuanto más dan, mejor te sientes, ya que tu cuerpo recupera su forma.

Existen similitudes entre el yin yoga y los tratamientos prescritos por los fisioterapeutas. La diferencia es que nuestro “tiempo bajo tensión” puede ser aún más prolongado, estresando y fortaleciendo nuestros tejidos conectivos. La mejora de nuestro rango de movimiento y flexibilidad reducirá los dolores y molestias del envejecimiento.

Cómo empezar a practicar Yin Yoga

Si bien siempre debes consultar a tu médico antes de practicar yin yoga, generalmente se considera seguro. Encontrarás todas las posturas en el libro, yin yoga 50+, así como ideas de secuencias que te ayudarán con el dolor de espalda, los hombros e incluso para esquiadores, excursionistas y golfistas. También hay una sección sobre soluciones de 15 minutos que te brindan las posturas que necesitas para comenzar el día, calmar tus hombros, fortalecer tu espalda o incluso ayudarte a dormir.

Una solución de quince minutos para empezar el día

postura 1: Mariposa reclinada (Dos o tres minutos)

Junte las manos detrás de la cabeza, arrastre los pies hacia arriba para que queden planos, luego junte las plantas de los pies y deje que las piernas caigan. Después de un tiempo sentirás el beneficio en tus caderas.

postura 2: Postura del niño (tres minutos)

Voltéese boca abajo, luego colóquese sobre las rodillas y las palmas de las manos antes de empujar las caderas hacia atrás. Mantenga las rodillas separadas y los pies juntos. Respira y disfruta.

postura 3: Gato tirando de su cola (Dos minutos por cada lado)

Tire un poco de los flexores de la cadera para despertarlos. Apóyate sobre tu codo derecho. Desliza tu pierna izquierda sobre tu pierna derecha y agarra tu pie. Tire del pie hasta que sienta el estiramiento en la parte superior de las caderas. Después de un par de minutos, suéltalo y cambia al otro lado.

postura 4: Lleve las rodillas hacia el estómago (tres minutos)

Agarre sus rodillas y jálelas hacia su pecho. También puedes tirar de una pierna a la vez hacia tu pecho para ejercitar los músculos del estómago.

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