Resumen
Objetivo
El objetivo de este estudio fue comparar la concentración de lactato en sangre (bLa-) y la percepción subjetiva del esfuerzo de hombres entrenados en un protocolo de repetición moderada (MRP) versus un protocolo de repetición alta (HRP) equivalente al tiempo bajo tensión.
Métodos
Una muestra de 40 hombres jóvenes sanos (edad, 23,2 ± 4,0 años; altura, 177,3 ± 7,0 cm; IMC, 24,3 ± 2,2) realizaron dos sesiones de 8 series de flexiones de bíceps con un intervalo de recuperación de una semana entre las pruebas. En el protocolo HRP se realizaron 20 repeticiones con una cadencia de 2 segundos de excéntrica y 1 segundo de concéntrica, mientras que en el protocolo MRP se realizaron 10 repeticiones con 4 segundos de excéntrica y 2 segundos de concéntrica. Las cadencias estaban controladas por un metrónomo. Al inicio y al final de cada una de las sesiones, se tomó el lactato sanguíneo a los 2, 15 y 30 minutos, y se evaluó la calificación del esfuerzo percibido (OMNI-RES) inmediatamente después de finalizar cada sesión.
Resultados
Hubo diferencias (bLa-) entre protocolos en el MRP 2 min, (5,2 ±1,4); 15 min, (3,2 ±1,2); 30 min, (1,9 ±0,6); p< 0,05, y el HRP 2 min, (6,1 ±1,6); 15 min, (3,7 ±1,1); 30 min, (2,2 ±0,6); p<0,01. OMNI-RES fue mayor en HRP (8,8 ±0,7) que en MRP (7,7 ±0,9). Además, se encontró una correlación entre los valores de RPE y (bLa-) en el protocolo HRP (rs = 0,35, pag < 0,01).
Conclusiones
Los protocolos de entrenamiento con altos tiempos bajo tensión promueven aumentos sustanciales en el estrés metabólico; sin embargo, nuestros hallazgos indican que HRP genera más (bLa-) que MRP. Además, hubo valores de RPE más altos en el protocolo HRP en comparación con MRP en ejercicios monoarticulares.
Introducción
La tensión mecánica (MT) ha sido identificada como un factor crítico para provocar un estímulo necesario para activar las vías de señalización molecular relacionadas con la síntesis de proteínas musculares (MPS) y, en consecuencia, mejorar el desarrollo del músculo esquelético.1). La MT depende principalmente de dos variables. La primera es la carga utilizada, que es proporcional a la tensión generada. El segundo es el tiempo bajo tensión (TUT), que indica la necesidad de mantener una determinada carga durante un tiempo mínimo que optimice la relación entre la tensión generada y el volumen de trabajo (2).
Sin embargo, la MT no parece ser el único mecanismo involucrado en provocar una respuesta MPS; También se teoriza que el estrés metabólico (EM) producido durante el entrenamiento de resistencia (RT) desempeña un papel (3). Desde un punto de vista energético, las estrategias de RT para el desarrollo de masa muscular dependen en gran medida de la vía glucolítica, que a su vez genera una acumulación de metabolitos, particularmente lactato, fosfato inorgánico y H.+ (3).
La concentración de lactato en sangre (bLa–) depende de varios factores, incluido el volumen y la intensidad relativa del trabajo, la cantidad y el tamaño de la masa muscular involucrada en el ejercicio (4), y la carga y velocidad de ejecución (5). La investigación indica (bLa–) y los cambios en el pH se asocian con las respuestas hormonales agudas que son evidentes después de la RT. Se ha propuesto que estas elevaciones hormonales agudas desempeñan un papel en la hipertrofia muscular inducida por RT.6, 7), aunque la evidencia emergente refuta tales afirmaciones (8). Así, la medición de (bLa–) constituye un indicador de EM en RT (9). El cambio en la percepción de este metabolito de ser una molécula de desecho derivada de la reducción del piruvato a una implicada en diferentes adaptaciones al ejercicio plantea nuevas perspectivas para la investigación. Específicamente, la investigación indica una relación positiva entre (bLa–) y anabolismo de proteínas musculares, con resultados que muestran una mayor diferenciación de las células satélite, un aumento en el contenido de proteínas miogénicas y una mayor fosforilación de la proteína ribosómica S6 quinasa beta-1 (RPS6KB1, también conocida como P70S6K) (10). Recientemente, Tsukamoto et al. (11) demostraron que la inyección intraperitoneal de lactato en ratones provocó una respuesta hipertrófica en comparación con los controles; Es importante destacar que los niveles de lactato fueron similares a los inducidos por protocolos de RT de repleción moderada, lo que sugiere un posible papel fisiológico. Muchos mecanismos moleculares implicados en este proceso se desconocen actualmente pero pueden estar relacionados con la relación entre (bLa–) y anabolismo muscular; por lo tanto, los mecanismos detrás de estas adaptaciones aún no se han identificado suficientemente y se necesita más investigación para respaldar esta relación (12). En particular, la acumulación de metabolitos por sí sola no parece suficiente para aumentar sustancialmente la masa muscular en humanos; sin embargo, puede tener un efecto aditivo positivo en los procesos anabólicos debido a su capacidad de generar un aumento en la activación muscular (13), promueven el reclutamiento de unidades motoras de alto umbral (14), y desencadenar la producción de mioquinas y especies reactivas de oxígeno que han sido implicadas en adaptaciones hipertróficas (3).
Para obtener una mayor EM, el TUT se puede manipular mediante la cadencia o el número de repeticiones. En ambas estrategias, (bLa–) parece ser un marcador fiable de EM por las razones mencionadas anteriormente, pero esta relación no es del todo lineal al comparar diferentes estrategias (4). Además, al aplicar técnicas avanzadas como superseries y triseries, mayores aumentos en (bLa–) se observan en comparación con los protocolos tradicionales (15).
Además, se ha demostrado que la calificación subjetiva del esfuerzo percibido (RPE) es una herramienta eficaz para evaluar tanto la carga como la fatiga durante el ejercicio de fuerza (16–20). Kraemer et al., demostraron aumentos en (bLa–) así como RPE después de 3 series de 4 ejercicios de resistencia realizados con una carga correspondiente a un máximo de 10 repeticiones (10-RM) (21). Varios estudios han informado una alta correlación entre el aumento de la carga y el posterior aumento en la respuesta del RPE (18–20, 22, 23). Además, se ha demostrado que tanto la activación muscular, estimada por la actividad electromiográfica, como el tiempo bajo tensión están directamente relacionados con la respuesta al esfuerzo percibida.19, 22). Parece que la acumulación de metabolitos puede afectar la retroalimentación aferente en el sistema nervioso central y así disminuir el rendimiento y la eficiencia contráctil.24). Además, esto a su vez puede influir en el RPE. Sin embargo, los mecanismos exactos de estos hallazgos aún no se han determinado.
El propósito del presente estudio fue evaluar (bLa–) tras dos protocolos de entrenamiento diferentes: uno con altas repeticiones (HRP) y otro con repeticiones moderadas (MRP), utilizando diferentes cadencias en las acciones musculares (concéntricas y excéntricas) pero con un TUT equiparado (60 segundos). Además, se evaluó el RPE al final de cada protocolo con la Escala de ejercicio de resistencia OMNI (OMNI-RES), validada por Robertson et al. (16), para evaluar la intensidad de carga y, secundariamente, determinar la correlación entre (bLa–) y RPE en protocolos de carga que inducen EM.
Material y métodos
Muestra
El tamaño de la muestra se calculó mediante G*Power 3.1 utilizando los siguientes criterios: tamaño del efecto f(V) = 0,71 (Cohen et al., 1988), α err prob = 0,05, Power (1-β err prob) = 0,95. Se determinó que se necesitaban 36 sujetos para el análisis. Para tener en cuenta los posibles abandonos, en el presente estudio participaron un total de 40 voluntarios con más de 1,5 años de experiencia consecutiva en RT (edad = 23,2 ± 4,0 años; altura = 177,3 ± 6,9 cm; masa corporal = 76,4 ± 7,8 kg; IMC = 24,3 ± 2,2 kg∙m2). Se utilizó un diseño cruzado de medidas repetidas, en el que todos los sujetos realizaron cada uno de los protocolos de entrenamiento en 4 sesiones, con cada sesión separada por 7 días para la recuperación.
Los sujetos que informaron haber consumido sustancias dopantes (p. ej., esteroides anabolizantes androgénicos) durante los últimos dos años y/o que consumieron cualquier tipo de suplemento dietético durante el programa fueron excluidos de la participación. Se impusieron las siguientes restricciones a los voluntarios: no consumir alimentos, bebidas ni estimulantes (p. ej., cafeína) 3 a 4 horas antes de las sesiones y ninguna actividad física más intensa que las actividades diarias 12 horas antes de los ejercicios. Además, se instruyó a los sujetos a dormir al menos 8 horas la noche anterior a la recopilación de datos, desayunar al menos dos horas antes de las pruebas y evitar estimulantes como el café. Se informó a los sujetos sobre los riesgos potenciales del experimento y firmaron un formulario de consentimiento informado. El protocolo de investigación fue revisado y aprobado por el Comité de Ética de la Universidad de Málaga (código: 38-2019-H). El estudio se desarrolló de acuerdo con las pautas éticas de la Declaración de Helsinki (25).
Trámites
Sesiones de familiarización.
Antes de la intervención se realizaron 4 sesiones con 7 días de recuperación entre cada sesión, 2 de familiarización y 2 para cada protocolo (HRP y MRP); Todas las sesiones fueron supervisadas por el investigador principal. Una vez finalizada cada sesión de familiarización, se indicó a los participantes que no realizaran ningún entrenamiento de resistencia que involucrara los flexores del codo durante las 48 horas previas a la siguiente sesión de prueba.
Las sesiones de familiarización comenzaron con un calentamiento consistente en 4 series de 10 repeticiones con una carga que osciló entre el 30 y el 40% de la repetición máxima estimada (RM). Se realizaron entre 3 y 5 pruebas con cada protocolo para estimar cargas individuales mientras se usaba el metrónomo para controlar la cadencia, con un intervalo de descanso de 5 minutos entre cada prueba. Las repeticiones se completaron en todo el rango de movimiento en flexión-extensión del codo. También se indicó a los sujetos que identificaran su RPE utilizando OMNI-RES.
Sesiones experimentales y evaluación de variables de estudio.
Los participantes (n = 40) realizaron dos protocolos en dos sesiones separadas por 7 días con el objetivo de alcanzar el fallo concéntrico en cada serie. El primer protocolo fue el HRP, que consistió en 8 series de aproximadamente 20 repeticiones de curl de bíceps con un intervalo de descanso de 1 minuto entre series. Cada repetición tuvo una duración de 3 segundos (2 segundos para la acción concéntrica y 1 segundo para la acción excéntrica). El segundo protocolo fue el MRP, que implicó el mismo ejercicio, intervalo de descanso y número de series que el HRP, pero con aproximadamente 10 repeticiones por serie y un tempo de 4 segundos para la acción excéntrica y 2 segundos para la acción concéntrica. Ambos protocolos tuvieron un TUT total similar de ~60 segundos por serie (Tabla 1). Se utilizó un metrónomo (App Metronome M1) para controlar la duración de cada acción muscular concéntrica y excéntrica; El tempo se ajustó a 60 rpm con un 2/4 batir en el MRP y ¾ batir en el HRP.
Las sesiones experimentales comenzaron con una medición inicial de (bLa–), que se obtuvo después de que los sujetos se relajaran en posición sentada durante 10 minutos. Luego, los sujetos realizaron un calentamiento, que consistió en 4 series de 10 a 12 repeticiones a 30-40% RM, utilizando las cadencias correspondientes para cada protocolo de prueba respectivo. La carga levantada al inicio de las sesiones de entrenamiento se obtuvo de las sesiones de familiarización. A medida que se produjo la fatiga, las cargas se redujeron en consecuencia cuando no se alcanzó el número objetivo de repeticiones y/o TUT establecido por el protocolo. Además, si los sujetos perdían el ritmo establecido por el metrónomo y terminaban las repeticiones objetivo antes de alcanzar el TUT de 60 segundos, se les indicaba que continuaran entrenando hasta alcanzar el TUT objetivo. La media ± DE de las cargas de entrenamiento diarias que los participantes utilizaron para los protocolos HRP y MRP fueron 20,69 ± 2,12 kg y 20,36 ± 1,7 kg, respectivamente.
Los protocolos, con sus respectivas sesiones de familiarización, se realizaron de forma contrapesada. El primer sujeto fue asignado aleatoriamente al entrenamiento HRP o MRP y, posteriormente, se contrapesaron los protocolos. Así, la mitad de los sujetos realizó MRP en la primera sesión experimental mientras que la otra mitad realizó HRP; Luego, cada sujeto realizó el protocolo alternativo en la segunda sesión.
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