Como parte del equipo de profesionales de la fuerza y el
acondicionamiento de DBSS®, buscamos generar conciencia pública de la
importancia del ejercicio y la alimentación saludable, además de difundir
conceptos básicos de prácticas basadas en evidencia. Así, el objetivo de la
siguiente serie de contenidos es promover Hábitos
de Vida Saludable. ¡Comparte y apoya esta iniciativa!
El tema principal de estas publicaciones va dirigido a todas
las personas que desean tener un conocimiento sobre cómo pueden evitar el desarrollo
y progreso del Sobrepeso y la Obesidad, así como educarles a la estrategias más
seguras y efectivas acerca de cómo perder peso de una manera saludable, pero
sobre todo resaltar la importancia de generar ciertos hábitos y patrones de
comportamiento alimentario / actividad física bajo la guía de profesionales. ¡La
Obesidad sí se puede combatir!
El Sobrepeso y la Obesidad son fenómenos que se extienden
fuera de control en la sociedad moderna, conducen a enormes pérdidas económicas
y actúan negativamente sobre los aspectos cualitativos y cuantitativos de la
vida de millones de personas, pudiendo ser un puente para desarrollar hipertensión,
dislipidemias, arteriopatía coronaria, colescitopatía, ictus, diabetes tipo II,
apnea del sueño, osteoartritis, problemas respiratorios, cáncer de endometrio,
de mama, de próstata, de colon, entre muchas otras manifestaciones patológicas
(Ogden et al, 2014). Podríamos aproximarnos a definir la obesidad citando a
Pasca (2015):
“Enfermedad sistémica,
multiorgánica, metabólica e inflamatoria crónica, multideterminada por a
interrelación entre lo genómico y lo ambiental, fenotípicamente expresada por
un exceso de grasa corporal (en relación con la suficiencia del organismo para
alojarla), que conlleva un mayor riesgo de morbimortalidad. Esta definición
apunta más a una consideración clínica que anatómica, sin descuidar los
indicadores antropométricos de riesgo”. (Ver figura 1).
Figura 1.
Definición de Obesidad: consideración clínica. Tomado de [2].
No se puede negar que hay una creciente tendencia a buscar
una manera de reducir la grasa corporal con fines estéticos (Gentil P, 2016),
pero sobre todo como una necesidad para la salud.
La predisposición genética, el estilo de vida, junto con la
falta de actividad física y los hábitos de alimentación actual que involucran
una gran cantidad de productos procesados y refinados, desordenan los procesos
fisiológico-metabólicos, lo cual afecta negativamente diversos sistemas del
cuerpo humano – cardiovascular, esquelético, regulación hormonal, etc. (Eaton
et al, 1988; Ogden et al., 2006).
Actualmente, la obesidad es considerada un punto de origen
en estudio de diversas enfermedades metabólicas y uno de los principales
problemas de salud pública; su complejidad y causas han desafiado al equipo
multidisciplinario en la salud (Nutrición, Educación Física, Psicología,
Medicina, etc). (Gentil P, 2015).
Según el Instituto Nacional de Salud (NIH) de los Estados
Unidos, un individuo es considerado obeso cuando la cantidad de tejido graso
aumenta en una proporción que puede afectar su salud física y psicológica
disminuyendo la esperanza de vida. Para detectar y diagnosticar el sobrepeso y
la obesidad los médicos y profesionales de la salud evalúan diferentes
criterios, tales como; el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de
la cintura (en el siguiente blog explicaremos los criterios para el diagnóstico).
“La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad
de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Sin embargo,
además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultades
respiratorias, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores
tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos
psicológicos.” Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque de esto se hablará en futuras entradas, el
tratamiento dependerá de la causa y la gravedad de la afección, además de las
complicaciones alternas que se puedan presentar. Generalmente, incluye cambios
en el estilo de vida, tales como; llevar una alimentación saludable y aumentar
el nivel de actividad física, y solamente
de ser necesario el cuerpo médico contemplará la administración de medicamentos
para adelgazar (aprobados por la FDA) o incluso la intervención quirúrgica.
Esta información básica establece un punto de partida para
ampliar los conocimientos de la población para que se pueda asumir con mayor
responsabilidad y seguridad el papel que juegan los hábitos de vida saludable
en el control de la masa corporal.
Autor:
Diego Campos Vallejo, PT.
DBSS® Training Team
MASTER TRAINER EN MUSCULACION
AVANZADA
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REFERENCIAS
1. Ogden,
C. L., Carroll, M. D., Kit, B. K., & Flegal, K. M. (2014). Prevalence of childhood
and adult obesity in the United States, 2011-2012. Jama, 311(8),
806-814.
2. Pasca, AJ. El corazón del obeso – 1a ed. Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, Argentina: Ed. Inter-Médica,
2014.
3. Eaton,
S. B., Konner, M., & Shostak, M. (1988). Stone agers in the fast lane:
chronic degenerative diseases in evolutionary perspective. The American
journal of medicine, 84(4), 739-749.
4. Ogden,
C. L., Carroll, M. D., Curtin, L. R., McDowell, M. A., Tabak, C. J., &
Flegal, K. M. (2006). Prevalence of overweight and obesity in the United
States, 1999-2004. Jama, 295(13), 1549-1555.
5. Gentil P. Adelgazamiento: Rompiendo Mitos y Cambiando
Paradigmas – 3ra ed. Brasilia, Brazil: Ed. Createspace Independent Pub, 2015.
6. Organización Mundial
de la Salud (2017). Obesidad y sobrepeso. Nota descriptiva Recuperado de http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es…