En este extracto de Más improvisaciones de danza, encontrarás información valiosa que puede beneficiarte tanto si eres profesor de danza como si eres estudiante. Los consejos que leerá en este artículo le ayudarán a mejorar su enfoque de la danza improvisada con algunos aspectos destacados de los aspectos esenciales para maximizar los beneficios de una sesión de improvisación de danza.
Se pueden utilizar diferentes métodos de improvisación para componer piezas de danza de muchas maneras diferentes. Los estudiantes de danza pueden comenzar a realizar movimientos que se adapten a su estilo haciendo cualquier cosa que los inspire o entusiasme. Es muy importante permitir a los estudiantes la oportunidad de explorar sus ideas sin juzgarlos e insistir en que no haya ningún movimiento equivocado. Cuanto más tiempo y espacio se les dé para explorar cómo moverse de esta manera, más únicos e innovadores serán. Al explorar nuevas tareas de improvisación, los estudiantes pueden desarrollar ideas de movimiento libremente. El proceso de improvisación permite a los bailarines sumergirse en el proceso creativo.
1. Calentamiento y práctica segura
El calentamiento mediante tareas de improvisación permite a los bailarines comenzar un ensayo con ideas transpuestas a sus cuerpos. Es una excelente manera de ponerse a tono sin imponer pasos, ejercicios y conteos. Pueden dedicar tiempo a áreas que necesitan atención adicional y asegurarse de que trabajen en todo el cuerpo. Los bailarines deben poder explorar con seguridad y no esforzarse hasta que estén lo suficientemente calientes.
Los espacios grandes y despejados son más adecuados para el calentamiento, como los pasillos de una escuela, gimnasios o estudios de danza. Es vital que los bailarines participen en un calentamiento para aumentar su ritmo cardíaco y trabajar todos los grupos de músculos principales para ayudar a prevenir lesiones. Los profesores de danza también deben recordar que es importante que los calentamientos preparen a los estudiantes para la siguiente clase de una manera divertida.
Los bailarines deberán relajarse al final de las exploraciones prácticas y las clases de improvisación. Los enfriamientos reducen gradualmente la frecuencia cardíaca, estiran los principales grupos de músculos y concentran la atención hasta el final de la clase. También brindan la oportunidad de reflexionar sobre ideas creativas. Podrías utilizar los movimientos de calentamiento para enfriarte, pero es importante ralentizar la acción y luego realizar los estiramientos adecuados.
Foto de Valerie Titova
2. Encontrar la música adecuada
Es posible que te hagas muchas preguntas al intentar encontrar la música adecuada antes de comenzar una sesión o clase de baile improvisado. “¿Qué debo buscar en la música para mi trabajo coreográfico?”, “¿Busco inspiración o algo que funcione con ideas de movimiento que ya tengo?” o «¿Estoy buscando algo que encaje dentro de un tema?»
La música es una herramienta útil que marca el tono en el estudio, talleres y actuaciones. Elegir música es un proceso apasionante, pero encontrar algo apropiado a veces puede resultar un desafío. Buscar música que inspire el diseño del movimiento o música que complemente lo que ya tienes en mente hará que tu improvisación de baile sea mucho más beneficiosa. Puedes buscar cualquier cosa que te atraiga y te dé ganas de crear, moverte y bailar. Escucha cada pista y toma nota de las que te inspiran. A continuación, puedes probar motivos o frases que hayas creado con cada pista que hayas marcado.
Foto de Maick Maciel
3. Escuche repetidamente y luego baile
Cuando coreografías una pieza musical, escuchar es crucial. Mientras improvisas, seleccionarás y ejecutarás tus elecciones en el momento al instante y tus respuestas serán inmediatas. Es una buena idea filmar y ver estas respuestas porque puede haber momentos que le gustaría volver a visitar. La musicalidad se presenta de muchas formas y no existe una forma correcta o incorrecta de interpretarla. Puedes optar por coreografiar una pista que te desafíe. Escuche esa pista repetidamente. Cuanto mejor conozcas una pieza musical, más podrás cambiar la dinámica del movimiento en lugar de bailar siempre al ritmo. Tratar de identificar los instrumentos, tomar notas, hacer dibujos y visualizar la música también puede ayudarte a moldear tus movimientos de baile.
4. Experimenta y explora la velocidad
La música más lenta puede dar a los bailarines y estudiantes de danza más tiempo para explorar. Por lo tanto, los profesores de danza pueden utilizar este método tocando música más lenta para inspirar los movimientos. También puedes probar una vía más rápida para impulsar la creatividad. Experimentar los movimientos con varias músicas a diferentes velocidades obligará a los bailarines a escuchar y desarrollar sus habilidades musicales. Ser consciente de cualidades específicas de la música, como la velocidad, la emoción o la intensidad, puede reflejar los movimientos de un bailarín.
Foto de Danielle Cerullo
5. Mantenlo simple y respira
Los estudiantes de danza que se concentran en los aspectos técnicos de la clase pueden no ser tan sensibles a las cualidades de la música. Los profesores de danza podrían asignar ejercicios sencillos a sus alumnos y darles tiempo suficiente para escuchar y responder a la música. Esto puede incluir discutir la música, hacerse preguntas unos a otros y explorar cómo la música les hace querer moverse, o pedirles que reflexionen sobre los cambios de movimiento después de sus discusiones.
Otro punto clave a mencionar es que la música puede animarte a respirar correctamente. También es muy importante pedir a los bailarines que no contengan la respiración durante toda la pieza. Intenta relacionar su respiración con los patrones musicales.
Foto de encabezado por Andrea Palacios