Es una técnica muy utilizada habitualmente en los
trabajos de sobrecarga muscular. Consiste en mantener la glotis, cartílago de
la laringe, cerrada impidiendo tanto la salida como entrada de aire por las
vías aéreas superiores e inferiores mientras se realiza una o varias
contracciones musculares al fallo. Está técnica no debería ser recomendada en pacientes
cardíacos por sus consecuencias: aumento de la presión intratorácica y como consecuencia de la tensión arterial sistólica y diastólica, disminución
del retorno venoso por veno -constricción, caída del volumen minuto cardíaco por disminución de la precarga, aumento del estrés cardíaco y por ende el consumo de
oxígeno del músculo miocardio. Todas esas respuestas fisiológicas la hacen una técnica muy
riesgosa y por lo tanto predisponer a un paciente cardíaco a desarrollar
isquemia, falla de bomba o arritmias malignas.
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