Ejercicio Físico en la Osteoartritis: una intervención de primera línea con respaldo científico

La osteoartritis (OA) es la enfermedad articular más frecuente en el mundo y una de las principales causas de discapacidad en adultos mayores. Su impacto no se limita al dolor y la pérdida de movilidad, sino que compromete la calidad de vida, la autonomía funcional y la salud mental de millones de personas.

Desde una perspectiva clínica, la OA se caracteriza por la degradación progresiva del cartílago, cambios en el hueso subcondral y un proceso inflamatorio de bajo grado. Factores como la obesidad, el sedentarismo y el envejecimiento actúan como aceleradores en su evolución (World Health Organization, 2023). En este contexto, el ejercicio físico se ha consolidado como una de las intervenciones más eficaces, seguras y económica para su manejo integral.

¿Por qué el ejercicio funciona en la osteoartritis?

La evidencia científica actual, incluida la revisión Cochrane de Lawford et al. (2024), ha confirmado que el ejercicio cardiovascular, de fuerza y flexibilidad no solo alivia el dolor, sino que mejora la función articular y la calidad de vida. Estos efectos son tanto mecánicos (mejora de fuerza muscular y estabilidad articular) como bioquímicos (disminución de IL-6, TNF-α y otras citocinas proinflamatorias) (Bricca et al., 2020; Deveza et al., 2022).

Además, el ejercicio incrementa la producción de lubricina y ácido hialurónico, sustancias clave en la lubricación intraarticular, mientras promueve la neuroplasticidad y modula la percepción del dolor a nivel central (Hunter et al., 2024).

Ejercicio multicomponente: la propuesta más eficaz

Los modelos de ejercicio multicomponente, que integran entrenamiento cardiovascular, fuerza, flexibilidad y equilibrio, son actualmente los más recomendados. Fransen et al. (2012) y Wang et al. (2023) demostraron que estos programas generan mejores resultados que las intervenciones aisladas, particularmente en pacientes con comorbilidades o estadios avanzados.

Un programa estructurado puede incluir caminata, bicicleta estática o hidroterapia (3–5 veces por semana), combinados con ejercicios de fuerza progresiva (2–3 veces por semana) y estiramientos específicos (Dong et al., 2021; Zhu et al., 2024). La inclusión de prácticas como el Tai Chi, Pilates o yoga también aporta beneficios sobre el equilibrio, el dolor y la flexibilidad (Zhang et al., 2021).

¿Qué dicen las guías internacionales?

Tanto el American College of Rheumatology (2019) como la Osteoarthritis Research Society International (Bannuru et al., 2019) sitúan al ejercicio como el pilar del tratamiento no farmacológico. Se recomienda iniciar con programas adaptados, supervisados por profesionales del movimiento humano, con progresiones individualizadas, y siempre integrando al paciente en el proceso educativo.

La visión costarricense y nuestra responsabilidad profesional

El abordaje de la osteoartritis sigue enfrentando desafíos estructurales y formativos. La incorporación de profesionales especializados en la prescripción de ejercicio basado en evidencia representa una oportunidad de alto impacto para el sistema de salud.

La osteoartritis no debe asumirse como una consecuencia inevitable del envejecimiento, sino como una condición crónica modificable mediante estrategias efectivas y sostenibles. El ejercicio físico no solo mejora la biomecánica y reduce el dolor, sino que empodera al paciente, promueve la autonomía y reduce el uso de medicamentos y procedimientos invasivos.

Como profesionales en Ciencias del ejercicio, tenemos el conocimiento, la evidencia y la responsabilidad de colocar el ejercicio en el centro del abordaje terapéutico. El movimiento, cuando se prescribe con ciencia y con empatía, también habita la sanación.

 Principales referencias bibliográficas en estilo APA

  • Bannuru, R. R., et al. (2019). OARSI Guidelines for the Non-Surgical Management of Knee, Hip Osteoarthritis. Osteoarthritis and Cartilage, 27(11), 1578–1589.
  • Bricca, A., et al. (2020). Impact of exercise on articular cartilage in people at risk of, or with established, knee osteoarthritis. Sports Medicine, 50(8), 1431–1451.
  • Dong, R., et al. (2021). Stretching exercises for knee osteoarthritis: A systematic review. Physiotherapy Research International.
  • Fransen, M., et al. (2012). Exercise for osteoarthritis of the knee. Cochrane Database of Systematic Reviews, (1).
  • Lawford, B. J., et al. (2024). Exercise for osteoarthritis of the knee. Cochrane Database of Systematic Reviews, Issue 2.
  • Wang, Y., et al. (2023). Effectiveness of multicomponent exercise on balance and pain in knee osteoarthritis: A systematic review and meta-analysis. Healthcare (Basel), 11(6), 1312.
  • World Health Organization. (2023). Musculoskeletal conditions. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/musculoskeletal-conditions

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