La aptitud física infantil como predictor de la cognición y la salud mental en la adolescencia: el estudio PANIC

Resumen

Antecedentes: Los problemas cognitivos y de salud mental son muy prevalentes en la adolescencia. Si bien unos niveles más altos de aptitud física pueden mitigar estos problemas, faltan estudios de seguimiento a largo plazo sobre las asociaciones de la aptitud física desde la infancia con la cognición y la salud mental en la adolescencia.

Objetivo: Investigamos las asociaciones entre la aptitud física desde la niñez hasta la adolescencia durante un seguimiento de 8 años con la cognición y la salud mental en la adolescencia.

Métodos: Los participantes fueron 241 adolescentes (112 niñas), que tenían entre 6 y 9 años al inicio del estudio y entre 15 y 17 años a los 8 años de seguimiento. Puntajes promedio y de cambio para la aptitud cardiorrespiratoria (producción de potencia máxima (Wmáximo); consumo máximo de oxígeno (VO2 pico)), se calculó la aptitud motora (carrera de ida y vuelta de 10 × 5 m) y la aptitud muscular (salto de longitud de pie; fuerza de agarre manual). La puntuación de cognición global se calculó a partir de seis tareas cognitivas individuales, y el estrés percibido y los síntomas depresivos se evaluaron en el seguimiento de 8 años. Los datos se analizaron mediante modelos de regresión lineal ajustados por edad, sexo y educación de los padres.

Resultados: La aptitud motora promedio se asoció positivamente con la puntuación de cognición global (coeficiente de regresión estandarizado (β) – 0,164, intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,318 a – 0,010) e inversamente con el estrés percibido (β = 0,182, IC del 95%: 0,032-0,333). y síntomas depresivos (β = 0,181, IC 95% 0,028-0,333). La aptitud cardiorrespiratoria promedio se asoció inversamente con el estrés percibido (Wmáximo: β = – 0,166; IC del 95 %: – 0,296 a – 0,036; VO2 pico: β = – 0,149, IC del 95%: – 0,295 a – 0,002) y síntomas depresivos (Wmáximo: β = – 0,276; IC del 95 %: – 0,405 a – 0,147; VO2 pico: β = – 0,247; IC del 95 %: – 0,393 a – 0,102). Un mayor aumento en la aptitud cardiorrespiratoria se asoció con un menor estrés percibido (Wmáximo: β = – 0,158; IC del 95 %: – 0,312 a – 0,003; VO2 pico: β = – 0,220, IC del 95%: – 0,395 a – 0,044) y síntomas depresivos (Wmáximo: β = – 0,216; IC del 95 %: – 0,371 a – 0,061; VO2 pico: β = – 0,257; IC del 95 %: – 0,433 a – 0,080).

Conclusiones: Los niveles más altos de aptitud motora en la infancia y la adolescencia se asociaron con una mejor cognición en la adolescencia. Los niveles más altos y mayores incrementos en la aptitud cardiorrespiratoria desde la niñez hasta la adolescencia se asociaron con una mejor salud mental en la adolescencia.

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